Entrevistamos a Josep Mª. Fericgla

 

El Dr. Josep Mª. Fericgla es una de las personas que más ha hecho en España por el estudio serio y científico de los enteógenos. Es doctor en Antropología Social y Cultural, profesor en la Universidad de Salamanca y director de investigaciones del "Instituto de Prospectiva Antropológica". También ha organizado congresos desde 1994, contando con la participación de personajes de la talla de Albert Hoffmann y Jonathan Ott, entre otros. Además, es director de la "Colección Cogniciones" de la editorial Los Libros de la Liebre de Marzo, que recientemente acaba de publicar su último libro titulado "Al trasluz de la ayahusca". Creador de innumerables libros y estudios, hoy es entrevistado por la web del Psiconauta.

A tenor de lo que estamos viendo en cuanto al uso de sustancias psicoactivas ¿cree que está aumentando el consumo de enteógenos?

Sin duda está aumentando y no es una cuestión de opinión sino de datos estadísticos. La diferencia con otras épocas pasadas, es que el consumo de enteógenos actual es mucho más adulto, producto de la labor de información científica que durante estos años se ha elaborado y difundido.

¿A que cree que es debido?

Está relacionado con la búsqueda, cada vez más extendida y comprometida, de nuevos valores de carácter espiritual que necesitan nuestras sociedades, en especial con la necesidad de reubicar al ser humano occidental en el mundo.

¿Tiene algo que ver esta proliferación y difusión al acceso generalizado a las autopistas de la información como INTERNET?

Es probable. Los consumidores de enteógenos, en términos generales, forman un colectivo interesado en los avances de diversa índole y en la libertad de comunicación, por lo que son usuarios de Internet en un índice mayor que el total de la población, e Internet es una magnífica y limpia fuente de información.

¿Conoce algún antecedente antropológico moderno? ¿El movimiento que surge ahora tiene algo que ver con el movimiento psicodélico de los años 60?

Desde una perspectiva histórica es indudable tal conexión. Por ejemplo, una buena parte de los actuales investigadores en el campo de la enteogenia son personas mayores de 40 años que mayoritariamente tuvieron sus primeras experiencias con la explosión psicodélica. No obstante, el actual movimiento adquiere un carácter radicalmente distinto en diversos sentidos.

¿Hay mayor responsabilidad en el consumo de enteógenos y en su uso ritual para acceder a otros estados de conciencia?

Sin la menor duda.

¿Existe por parte de los gobiernos y la comunidad científica una apertura hacia el uso de enteógenos con fines terapéuticos o experimentales?

Sin la menor duda. Una prueba de ello son, por ejemplo, los congresos que llevo organizando en España desde el año 1994, la permisividad –como mínimo en la difusión de los contenidos-- de las leyes actuales. Otra prueba son las iglesias cuyo consumo ritualizado de ayahuasca es el centro de sus ceremonias y que se han instalado en Europa prácticamente sin problemas. No obstante, esta situación puede cambiar dada su fragilidad.

¿Donde cree que desembocará todo esto?

No me atrevo a realizar previsiones, aunque es probable que las nuevas formas de psicoterapia acaben asimilando el uso controlado de enteógenos, aunque ello implicaría que los gobiernos deberán legalizar tales procedimientos, y ello es de muy difícil preveer.

¿Cree que está surgiendo lo que llamaríamos un "chamanismo moderno"?

Sin duda, aunque no tienen ninguna relación seria, en términos de profundidad cognitiva, con el chamanismo clásico. A mi juicio se trata de una moda más que ha adquirido la terminología antropológica para acabar alejandose de esta rama del la ciencia.

¿Cree que bajo este tipo de prácticas se enmascara la necesidad de escapar de la cotidianeidad o por el contrario se pretende acceder a otros estados de conciencia para buscar el conocimiento espiritual?

Nadie escapa de su propia vida ni con enteógenos ni sin ellos. El actual consumo está orientado por una búsqueda más que por una huida.

Bajo su punto de vista, ¿que consideración le merece el uso de enteógenos para modificar el estado de conciencia, en contra de otros métodos como la meditación, etc…?

La meditación es un camino de introspección mucho más lento, pero también más seguro. Los enteógenos deben reservarse para personas íntegras y maduras ya que su peor peligro en la alimentación del Narcisismo, del ego, y ello es justamente contra lo que deben luchar de forma prioritaria los inmaduros.

Las Palmas de G.C, octubre 1997